Un espectáculo emocionante se presentó con el arte tradicional de Hiroshima Kagura en el Cervantino 2024. Esta combinación de teatro y danza retoma la mitología japonesa en una bella puesta en escena.
El escenario de la Alhóndiga de Granaditas se convirtió en un campo de batalla hermoso entre dioses y demonios surgidos de la literatura japonesa. Su trascendencia es tal, que los personajes de antaño incluso se referencian en animes como One Piece y Jujutsu Kaisen.
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La puesta en escena de Hiroshima Kagura en el Cervantino
Arañas y serpientes de 8 cabezas fueron las protagonistas de las dos historias escenificadas por la compañía de Hiroshima. El Kagura representado en esta prefectura de Japón, cobró importancia por su estilo tras la prohibición de este arte luego de la Segunda Guerra Mundial.
Por lo cual el público del Festival Cervantino fue testigo de la habilidosa danza, la música, el canto y el teatro japonés con arraigos sintonistas. Con una poco más de hora y media de espectáculo, las personas se emocionaron, empatizaron con la trama y aplaudieron gracias a las complejas coreografías.
Arriba del escenario se vio a diversos actores en trajes tradicionales elaborados, máscaras, llamativos disfraces para simular a las serpientes y hasta fuegos artificiales. Los cuales demostraron el alto nivel del performance del grupo artístico.
Los bailarines danzaron en un solo pie y se contorsionaron para cargar largas y pesadas estructuras, que se retorcieron al formar diversas figuras arriba del templete. Mientras se narraban las batallas de los monstruos con los dioses.
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La mitología japonesa
Hiroshima Kagura presentó durante una única vez las leyendas de Tsuchigumo, un ser mitológico que tiene forma de araña gigante. Así como Yamata-no-Orochi, una historia de una serpiente de 8 cabezas que devora mujeres jóvenes.
El primer performance estuvo dominado por la danza y el canto. Destacando la interacción entre los artistas y las telarañas que volaban por todo el escenario.
Se contó entonces la historia de un gobernante enfermo que intenta ser engañado por Tsuchigumo, para envenenarlo con el objetivo de apoderarse del reino.
Luego, el plato fuerte arribó tras un pequeño intermedio. Con la representación de Yamata-no-Orochi, un demonio serpiente de varias cabezas que es desafiado por Susanoo, dios del mar.
La escenificación fue vistosa y emocionante. En especial por la complejidad de las serpientes que danzaron en una épica batalla contra el guerrero. Con la música a tope, el clímax llegó al ver las enrredadas coreografías del grupo que fueron arduamente aplaudidas.
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En Hiroshima también se le conoce a este arte como “Geihoku Kagura”. Cuyo arte se intenta preservar y difundir a través de estas presentaciones. Las cuales narran la historias fundacionales de Japón.
Las historias se encuentran tan arraigadas en su cultura, que personajes como Orochi, uno de los villanos de One Piece, y uno de los shinigamis de Jujutsu Kaisen se inspiran directamente en Yamata-no-Orochi.