El público darks demostró por qué es el alma de la fiesta en el concierto de La Bande-Son Imaginaire en el Teatro Metropólitan.
El show del grupo originario de Oaxaca quedó ad hoc. Era septiembre 5 y en los supermercados ya se vendía pan de muerto, literalmente olía a fin de año. Por lo que un concierto oscuro de raíces mexicanas, en víspera de las celebraciones de muertos, fue ideal.
La noche oscura invade el Teatro Metropólitan en el concierto de La Bande-Son Imaginaire
Botas oscuras, ojos delineados color negro y sombrero de bejuco trenzado se vieron entre el público que abarrotó el teatro del Centro Histórico de la Ciudad de México.
“Decían que no íbamos a llenar el Metropólitan, la gente dice muchas cosas”, pronunció Óscar Tanat, vocalista del grupo, para celebrar estar con un enérgico público esa noche de viernes.
Oaxaca estuvo presente de inicio a fin, en la reinvención sonora de este trío teatral, acróbata, místico. El concierto de La Bande-Son Imaginaire en el Teatro Metropólitan arrancó con una marcha funeraria oaxaqueña y cerró con lo mejor de los pasos de baile oscuros.
“Arriba Oaxaca Ch1nGa”, gritaba desde su butaca uno de sus seguidores más aguerridos. Quien no dejó de bailar, beber y cantar toda la noche al ritmo de canciones como “Mexican Wave” o “Je sais pas papa”.
“Si hace 10 años alguien hubiera dicho que Oaxaca estaba en el Metropólitan, se hubieran imaginado la Guelaguetza. ¡Nooo! Es el dark wave oaxaqueño”, gritó a todo pulmón el vocalista.
Las almas oscuras salen de fiesta
“Después de esta noche. Sus almas me pertenecerán”, dijo el DJ telonero Scorpio 69 antes de empezar su set, quien se dedicó a calentar los oscuros motores a través de mezclas en vinilos post punk.
Así algunos pocos se animaron a comenzar la fiesta presumiendo sus pasos entre las butacas al ritmo de “Chumbala, cachumbala”, pegajoso coro del tema “Las calaveras salen de su tumba”, combinado con notas industriales.
Una media hora más tarde la gente se puso de pie recién escuchó los primeros acordes oaxaqueños. De esta forma aperturó el segundo acto de La Bande-Son Imaginaire en el Teatro Metropólitan.
Con una teatral presentación, cada integrante se introdujo al público. El performance incluyó un zapateado con pasos eclécticos por parte del trío musical. “Cómo están cabr0n3s. Viva México”, gritó Bram Hernández.
La respuesta fue inminente. Las personas, brincaron, gritaron, sudaron con cada toque eléctrico de los teclados. Con la vibra oscura, festiva y mortuoria que sólo podría dar un grupo mexicano que toca dark wave.
Un cierre fantasmal
En el concierto también se escucharon canciones como “Disco”, su más reciente sencillo en colaboración con Scorpio 69. Así como “Chez toi”, uno de los temas más coreados y enérgicos de la noche.
Un aura de fantasmas dominó el tercer acto de la noche, nombrado por el grupo como “Nuevequince”. Los músicos se enfundaron en sábanas blancas y máscaras, danzaron por todo el escenario para después levantarse por el aire. Momento más coreado por la gente.
La Bande-Son Imaginaire se despidió del Teatro Metropólitan entre ovaciones. Dejando claro que no se necesitan pantallas gigantes, luces espectaculares o fuego en el escenario para hacer un show.
Su originalidad, energía y excentricidad bastan para hacer un gran concierto. Sincrético entre lo mexicano tradicional y la oscuridad vuelta dance.