Un día perfecto y una casa de campo alejada de todo, sería la cita perfecta. Pero, ¿qué pasaría si tu robot de compañía buscará su propia independencia? De eso trata Compañera Perfecta, la nueva película protagonizada por Sophie Thatcher.
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Compañera Perfecta. ¿El romance que se convierte en slasher?
Iris (Sophie Thatcher) y Joss (Lukas Gage) son la pareja perfecta. Cuando deciden ir a una cita junto a sus amigos a la casa de campo, todo puede cambiar.
Mientras Iris piensa que tiene una relación “normal”, el asesinato de Sergey le hará darse cuenta que es un robot de compañía.
Tratando de sobrevivir a todos los que la quieren apagar, Iris luchará por su vida, y ser un robot libre.
Con un gran argumento, la película escrita y dirigida por Drew Hancock es un completo fracaso.
Vendida con expectativas de ser un slasher, la cinta ni siquiera a ser lo suficientemente sangrienta para denominarse en esa categoría.
Aunque el filme plantee pasar de una comedia rosa a una negra, Compañera Perfecta se queda a medias gracias al pobre desarrollo de la historia.
Pareciera que la dirección buscaba abarcar demasiadas cosas a la vez, y cada una de las temáticas quedó corta. Porque sinceramente, la película ni es un slasher, ni es una comedia negra. Y reflexiona con muy poca profundidad el dilema de un robot autónomo.
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Una gran idea mal ejecutada
Si bien es interesante el planteamiento. Parece que Drew Hancock no quiso indagar más allá.
Dentro de las cosas rescatables de Compañera Perfecta, está la actuación de la protagonista Iris, interpretada por Sophie Thatcher. Fiel y convincente, es el único personaje que pareciera, tomarse en serio la trama que se está desarrollando.
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Las expresiones de embelesamiento, frustración y miedo, son palpables y transmitidos a través de la pantalla. Pero es tan malo el desarrollo de la historia que la propia actuación de Thatcher queda opacada por todo lo demás.
En tiempos donde las historias sobre inteligencia artificial están en auge, queda claro que el producto de Hancock es el más pobre de todos, que ni siquiera se podría comparar con otras visiones mejor centradas.
Una película que probablemente llegue a ser palomera, pero que no será tan recordada como se espera.