Halsey lanza su obra maestra The Great Impersonator, para plasmar su paso por el tiempo, y la “suerte de estar viva” tras el diagnóstico de su enfermedad y un par de años difíciles en su vida personal.
A lo largo de 66 minutos, Ashley Nicolette Frangipane cuenta en 18 tracks lo que significa para ella entrar a su treintena, y sobrevivir.
Denso y muy crudo es como la historia de la artista es contada por su propia lírica y sonido que demuestra la influencia musical que la ha acompañado por años en esta tierra.
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Una historia que contar, así es The Great Impersonator de Halsey
“Only Living Girl In LA” es la canción que abre este agobiante y extenso quinto álbum de Halsey. Con un sonido pesado, la cantante reflexiona sobre la vida y la muerte que parece la asecha tras su diagnóstico de lupus y leucemia. “Y si alguna vez intento dejar atrás mi cuerpo. Al menos sé que nunca fue mío”, canta, y medita, “porque francamente, estar vivo. No debería matarme todos los días, como lo hace”.
Siendo esta primera canción el prefacio a un espacio de desahogo emocional y visceral de un montón de sucesos dentro y fuera de la vida de la chica que logró sobrevivir y llegar a los 30 años. Pues admite que creía que no pasaría de los 27.
“Hice este disco en el espacio entre la vida y la muerte. Y parece que he esperado una eternidad para que lo tuvieras. Esperaré un poco más. Ya he esperado una década”.
halsey
El segundo sencillo del álbum es un llamado de socorro, una exclamación fiel al cambio y el demostrar de Halsey por el hartazgo que la fama y la vida le han hecho pasar. “Soy demasiado amable y demasiado indulgente”, dice entre tonos pop, y una melodía rítmica que es contundente.
Con un sonido muy oscuro, “Dog Years” impone el cansancio y el deseo de muerte, un deceso anunciado, y de alguna u otra manera esperado. Previo al interludio “Letter To God (1974)”.
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Una infinita carta de amor personal
“Panic Attack” y “The End” son baladas compuestas de amor. De un amor propio y el amor por un amante que acompaña a Ashley en una nueva y dolorosa etapa de su existencia.
Tras la separación del padre de su hijo, y el diagnóstico de su enfermedad, Halsey ahora se encuentra en compañía de un amante al que le puede dedicar una parte de su propio amor y sentirse retribuída con el mismo sentimiento.
Sentimiento que se ve plasmado en las baladas compuestas en la mitad de este álbum.
Pero el mayor amor que Halsey plasma en The Great Impersonator es el que tiene por su hijo. “I Believe In Magic” es la prueba pura de ello.
“Y con mis raíces arriba y todas mis ramas abajo. Por favor, dile a mi chico que lo amo tanto. Por favor, dile al mundo que tengo que crecer antes de irme. Solo quería que supieras”, canta la joven madre.
Con un sonido country pop, “Hometown” recuerda los primeros años de vida de Ashley en su ciudad natal y los amigos que pasaron el tiempo con ella y se quedaron en el camino. Pues este álbum está rodeado de pérdidas y el asecho de la desaparición de la existencia.
Para la parte final de la quita producción de larga duración de Halsey, el álbum se convierte en dolorosas melodias oscuras y pesadas. Con pianos acompañando la voz de la chica y frases devastadoras que suman a la asfixia de estar viva.
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La solitaria musa que es Halsey en The Great Impersonator
“Lonely Is The Muse” es el track 12 que comienza a darle cierre a este extenso material.
Repasando a conciencia las tres décadas que Ashley ha vivido, entre altos y bajos, parece que la dolorosa vivencia se apodera más y más de la madre, amiga y mujer.
“Un álbum que celebra el espíritu de transformación y la belleza de descubrir quién eres realmente. Lo bueno, lo malo, lo feo y la magia que hay entre ambos”.
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The Great Impersonator deja claro que el proceso creativo de Halsey en inmensamente personal y colectivo. Pues la música siempre comparte su lado más profundo y personal de acuerdo a la etapa que va experimentando.
Trabajos como Manic (2020) y If I Can’t Have Love, I Want Power (2021) son prueba de ello, pues en ambos casos se escucha a una Ashley diferente que va creciendo y acumulando sus respectivos años en este plano existencial.
Mientras su álbum de 2020 celebraba sus 25 años, su material de 2021 dejaba ver el nacimiento de su hijo y su empoderamiento personal.
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Tres años más tarde, su quinto disco deja ver y escuchar la parte más vulnerable de la chica de 30 años. Haciendo que cada frase, cada acorde y cada interludio duela, y empatices.
Porque más allá de sentirte identificado o no, Halsey sólo busca ser expositiva con sus malestares, y reflexiva con todas las etapas de su vida. Así como la aceptación y deseos esporádicos de una muerte anunciada.
La obra maestra de Halsey
Queda claro, que después de escuchar durante 66 minutos la voz de Halsey, “Hurt Feelings” y “Lucky” son una bocanada de pop, sin dejar las estrofas llenas de atropellados sentimientos y resentimientos.
Dejando de lado los pesados sonidos, la música regresa a su habitual pop rock, para darle un cierre único a este álbum. Dejando explorar al oyente entre contundentes sonidos, baladas, y un pop dulce que se cuela por los oidos y se queda plasmado en el corazón.
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Si Ashley buscaba concretar su obra maestra a los 30, eso no lo sabremos. Que agradece y maldice su existencia, eso es algo que queda claro al escuchar este álbum, pero que sin duda logró consolidar la parte más imponente y afrontar y plasmar todos y cada uno de los recuerdos, dolores y felicidades que la chica ha experimentado.
The Great Impersonator es un álbum que llegó en el tiempo y espacio, que logra conectar en una sola pieza de principio a fin en este doloroso valle de una vida ajena al escucha. Pero muy personal para la compositora, que deja la pregunta final, “¿una historia muere con su narrador?”.
