Where’s My Utopia?, es el nuevo divertido e irreverente álbum de Yard Act. Con canciones como “We Make Hits” y “When the Laughter Stops” son sólo algunas de los tracks que te llevarán por un subibaja de ritmos y emociones.
Reflexionando en su segundo disco, la banda británica renueva su “post-punk” para divertirse mediante la creación de sonidos con letras ímpias de las experiencias personales como músicos y como padres de familia.
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Divertido e irreverente, así suena ‘Where’s My Utopia?’ de Yard Act
Si eres amantes de sonidos como alternativos como Gorillaz, pero con un encanto más de brit rock como Kid Kapichi. Entonces tienes que darle una oportunidad al nuevo álbum de Yard Act, ‘Where’s My Utopia?’
A través de memorias, y reconsiderando la “mejor época de la vida”, la niñéz. James Smith canta sobre sus sueños, sus realidades, sus vivencias, y memorias. Todo esto con humor e irreverencia hacia él mismo.
Con tonos bailables, y muy divertidos, la banda también ayuda a Smith a reflexionar sobre su papel como padre, y cómo ser parte de la agrupación es un desafío para su propia vida personal.
“Blackpool Iluminations” es una oda a una memoria tan vívida sobre su niñéz, donde los protagonistas son sus padres y sus sentimientos hacia ellos en aquel entonces.
Pasado, presente y futuro. ¿Dónde está la utopía?
Una reflexión de su pasado, y su presente; acompañada de rítmicas baterías, y riffs de guitarra a lo largo de 11 canciones que dejan ver tanto la inseguridad como la seguridad del lanzamiento de este segundo material discográfico.
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“¿Por qué carajo todavía me preguntaba qué pensarían los idiotas del segundo álbum?” es la pregunta final qué se hace Yard Act al final de “Blackpool Illuminations”, penúltima canción de ‘Where’s My Utopia?’.
Envolvente de principio a fin, esta agrupación logra que los 42 minutos de duración de su material sea una invitación a cavilar en lo más profundo de la existencia, el crecimiento y asimilar la incertidumbre del futuro.
Navegando en la incertidumbre, la banda se ríe de sus aciertos y fracasos, y los acoge como algo que sucede y que no importa si se “gana o se pierde”, al final la utopía no llegará.
Un disco que sin duda no sólo se pone reflexivo, es sonoramente circundante de principio a fin.
Nuestros oídos dicen 9/10